Hace mucho quisieron destruirnos, acabar con nuestra identidad y con todo aquellos por lo que hemos luchado desde hace generaciones. Embaucadores de corbata y maletin, de despachos y pasillos dispuestos a cambiar para siempre nuestra isla.
Famara fue uno de esos escenarios uno de esos rincones de un paraiso llamado Lanzarote. Hoy, sólo son visibles algunas cicatrices de aquel tremendo disparate que planeo sobre nuestra isla.
Muchas gracias a mi amiga Famara Guadalupe Aparicio, diplomada en Geografia y ordenación del territorio, ya que con su intervención en la «Jornada Aula abierta COLEGIOS de la BIOSFERA» del pasado 19 de Enero nos recordó que quien olvida su pasado está condenado a repetirlo.Panorámica de ese mismo día, desde una atalaya en el Jable.
Famara fue uno de esos escenarios uno de esos rincones de un paraiso llamado Lanzarote. Hoy, sólo son visibles algunas cicatrices de aquel tremendo disparate que planeo sobre nuestra isla.
Muchas gracias a mi amiga Famara Guadalupe Aparicio, diplomada en Geografia y ordenación del territorio, ya que con su intervención en la «Jornada Aula abierta COLEGIOS de la BIOSFERA» del pasado 19 de Enero nos recordó que quien olvida su pasado está condenado a repetirlo.Panorámica de ese mismo día, desde una atalaya en el Jable.
