El fenómeno de Playa Chica comenzó a popularizarse a principios de los 90, Renné el Holandes con su centro de buceo a pie de playa (Safari Diving) fue de los primeros en instalarse en la zona. Hoy en día la isla cuenta con más de 45 centros de buceo y Playa Chica, a diario, es una urbe submarina llena de burbujas y gente en neopreno.
Aunque podamos pensar que la presencia de buceadores sólo trae ventajas, la continua presión humana ha terminado por generar cierto grado de degradación. Sin embargo hay una especie que se adapta muy bien a tanta presión. Los meros (Epinephelus marginatus) han poblado, desde siempre, la zona.
Los fondos de Playa Chica están infestados de cuevas, grietas y oquedades donde estos grandes depredadores encuentra protección. Sólo en Playa Chica es posible hoy en día observar gran cantidad de meros a pesar de ser una de las especies más amenazadas de nuestras aguas.
